Álex sólo puso dos condiciones: cantaría en inglés y no quería escuchar la letra de la versión primitiva, para que no condicionase su manera de trabajar las voces.
A cambio, nos brindó una letra épica y un cambio conceptual que me dejó noqueado la primera vez que lo escuché.
Es curioso, pero para cuando ya habíamos terminado el tema, podía escuchar a Álex cantarlo en mi coche mientras iba al trabajo cada mañana y, sin embargo, apenas había hablado con él unos minutos después de verle actuar con In'xight.
Habíamos culminado un proceso creativo eminentemente basado en la comunicación por la red. A parte de la música, sólo nos unía un buen puñado de correos y archivos compartidos en Dropbox.
Pero el espíritu Caninas ya flotaba en el aire. Un proyecto en el que todo el mundo, como el título de esta canción, recibe las aportaciones de los demás con los brazos abiertos.